Hoy es un día muy especial dentro de nuestro colegio. Hoy celebramos el Día de la Di-Capacidad, un día en el que pregonamos al viento que No tengo una discapacidad, tengo una habilidad diferente, y que Todos tenemos en común, que todos somos diferentes. Un día para recordar que todos nos enfrentamos a retos diarios —ir al colegio sin ganas, ir a trabajar, empezar de nuevo— pero también para reconocer que, cuando estamos con nuestros compañeros, amigos y seres queridos, todo cambia… porque juntos somos mejores; Juntos llegamos más lejos.
Hoy es ese día en el que miramos más allá y elegimos empatizar: Ponte en sus zapatos, porque todos vivimos desafíos distintos. Pero… ¿te cuento un secreto? Todos sumamos con pequeños gestos cotidianos: una sonrisa, abrir una puerta, ayudar a quien se ha perdido. Son acciones que hacen la vida más accesible, independientemente de quiénes seamos o cómo seamos, porque Cuando incluimos, todos ganamos. Porque, aunque tengamos capacidades diferentes, tenemos un mismo corazón. Porque Cada uno pisa el camino con sus propios zapatos y aun así caminamos juntos, y aunque llevemos distinta mochila, compartimos un mismo camino.
Y aunque hoy celebremos nuestro día, Te invito a acompañarme en mi
viaje, en mi día a día. Acércate. Pregúntame cómo estoy. Juega
conmigo. Invítame a caminar. Si me conoces, verás mi valor,
porque Todos somos iguales, todos somos diferentes. Y hoy
queremos gritarlo a los cuatro vientos:
¡Somos increíbles, únicos e irrepetibles!
Y recuerda… si miras al cielo, verás que no hay dos estrellas iguales. Cada
una brilla a su manera, como tú, como yo, como todos nosotros.
Porque Todos brillamos de forma diferente. Ni menos, ni más.